COYOACÁN: EL MÉXICO MÁGICO

Visitamos la ciudad de origen de Frida Kahlo, Coyoacán y no dejaremos de contarlo todo.

Por Lina Frank, Fotos de Lina Frank | 26 agosto, 2015

 Screen Shot 2015-08-25 at 7.45.53 AMAl sur de la Ciudad de México, está la localidad de Coyoacán. Una de las zonas más hermosas de la capital por su movimiento los domingos y sus construcciones coloniales bien mantenidas. Un poblado que fue tragado por la ciudad por el año 1800 y que ahora es un destino imperdible cuando se visita el país azteca. Estas son las memorias de un pequeño recorrido por este lugar repleto de puestitos de artesanías, que además de sorprendernos, nos deja con una carga histórica increíble.

Además de la belleza de sus estrechas calles, Coyoacán brilla por el extraordinario legado que dejaron los artistas mexicanos Frida Kahlo y Diego Rivera. La pintora y el famoso muralista, dedicaron su vida al arte y la política convirtiendo a esta localidad en uno de los centros culturales más importantes del DF.

Echaron raíces en una encantadora casa azul en el centro de Coyoacán, donde se cocinaban ideas revolucionarias y se fundaba un movimiento artístico que cambiaría al país entero.

 

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Hoy en día, esta Casa Azul es el Museo de Frida Kahlo. Un espacio donde se reviven sus inclinaciones al mundo artístico desde pequeña y descubrimos su obsesión por el retrato. Mientras se avanza en el circuito, se observa su incursión en la fotografía, la pintura y la literatura. Pero no solo se muestran sus trabajos, sino que se pueden recorrer las habitaciones donde convivió con Diego Rivera y hospedó a un exiliado Leon Trotsky.

Si se presta suficiente atención, se alcanzan a sentir sus discusiones en las paredes de piedra. Se desborda el color por los muebles, así como el sufrimiento de Frida debido al espantoso accidente que cambió su forma de ver la vida en 1925.

 

Recomiendo muchísimo pasar la tarde descubriendo este museo lleno de detalles sobre la historia de esta mujer luchadora que a pesar de todas sus dificultades siguió comunicando sus pensamientos. Ya sea en dibujos viscerales, poemas nostálgicos o fotografías personales, no se detuvo por nada ni por nadie. Coyoacán deja esa misma sensación en la piel. Un lugar que no se detiene por nada del mundo.