PARÍS, LADO B

Presentamos alternativas a la ruta tradicional de París.

Por XIMENA DE PERALTA, Fotos de CORTESÍA | 28 marzo, 2017

 

Dicen que los clichés llegaron a serlo por una razón y pasar abril en París es un ejemplo perfecto. Nada mejor que pasear por la ciudad cuando los destellos rosados de la primavera la envuelven en la luz que hoy es sinónimo de la ciudad. Para que no sea tan obvio, te presentamos alternativas a la ruta tradicional.

Un hotel

Si bien hoy no faltan opciones de hospedaje, si quieres engreírte, quédate en Le Bristol. Además de tener la distinción de “palacio”, cuenta con vistas espectaculares de París desde su posición privilegiada en la Rue du Faubourg Saint-Honoré y un envidiable jardínen medio de la ciudad. Pero lo más divertido es que tiene dos gatos como residentes permanentes. Cleopatra y Faraón son buscados por todo el hotel por huéspedes grandes y chicos, y son embajadores de Goyard.

Un restaurante

Si quieres probar la nueva cocina francesa, te recomendamos Le 52. Con una carta estacional y una decoración industrial y limpia, es una de las estrellas de la tendencia más casual y relajada del fine dining. Pide el coq au vin reconstruido y disfruta de la excelente –y muy democrática- selección de vinos.

Un bar

Una alternativa a la clásica brasserie parisina es el híper cool Lockwood. Si bajas las escaleras al fondo del café, vas a encontrar un bar de paredes de piedra y media luz que se toma la coctelería en serio. Cuéntale al bar tender qué sabores te gustan y te hará un coctel especialmente diseñado para ti.

Un museo

París es casa de los museos más famosos del mundo, pero si prefieres evitar las multitudes del Louvre o el D’Orsay sin perderte a los impresionistas, anda al Musée de Marmottan Monet. Como lo indica su nombre, en su colección permanente tiene obras de Monet, pero tambiénde Pisarro, Sisley, Renoir y Berthe Morisot.

Un café

No muy lejos de Lockwood, escondido en las calles serpentinas del segundo arrondissement está L’Arbre à Café. Solía ser una tostaduría, así que acá el café es cosa seria. Es enanito e íntimo, y tiene una de las mejores tazas de París.