Gozar del paisaje a través de la ventana del carro fue como ver un film recopilatorio del año que estaba a punto de terminar. La carretera nos guió hasta la casa de un conocido personaje limeño donde el 2014 nos esperaba entre amigos.
El paisaje solo puede ser comparado con cuadros o escenarios de libros. Desde esa locación pudimos ver la belleza de Lima, sentir el entusiasmo en la brisa y ver casi la totalidad de fuegos artificiales.
La música que nos hizo bailar sin parar y el sonido de las copas retumbaron por todo el cerro formando una mística idónea para empezar una nueva etapa y un eco hermoso que reflejó el gran festejo.
Que la fete continúe los doce meses que vienen!