Atravesar las puertas del Toro Bar fue como consumir una dosis concentrada de pop que nos hizo cantar y bailar hasta quedar sin energías. Los juegos de luces y coloridas personalidades nos transportaron a un paraíso donde la noche se iluminaba por cada nota musical que viajaba en el aire. Calorías quemadas, locuras realizadas, amistades enlazadas y botellas agitadas. Miles de anécdotas nocturnas entorno a un a idea: alabar al dios pop todopoderoso.
TIL YOU DROP
Por Ricky Chavez, Fotos de | 9 enero, 2014