Una mirada nostálgica a la psicodélica Costa Oeste de los 60‘s, remezclada con el hip-hop Neoyorquino de los 90‘s.
Stuart Vevers presentó la primera colección de Coach para hombres en una pasarela llena de color y referentes. “Simplemente no pude resistirlo” dijo el diseñador, quien se permitió romper la arquitectura de la marca para dar un giro estético sorprendente. Y podemos claramente a qué se refiere cuando encapsula “Beach Boys + Kennedys + Beastie Boys”. La perenne masculinidad americana de los chicos Kennedy se encontró con la irreverencia de la contracultura. Utilidad y autenticidad, trabajadas con una actitud surf-punk juguetona.
Esta nueva y poco ortodoxa articulación de Coach, se expresó en voz alta, con colores fluorescentes y estampados abstractos vagamente desvanecidos, que gritaba en camisas de bowling, bolsos, zapatillas tipo Vans. Estampados grandes de felinos —tigre y leopardo, en ciruela, azul marino y dorado rugían desde parkas y capuchas. Y esas llamativas zapatillas de skater solo pudieron ser sobrepasadas por las divertidísimas y flipantes sandalias (algunas incluso con tiras de piel).
Es decir, una curadoría de piezas de culto, nacidas del Sueño Americano y la individualidad de la ciudad de Nueva York.