En mi cabeza habitan pájaros de todo tipo.
Algunos pájaros me ayudan a volar, algunos me ayudan a pensar libremente, hay otros pájaros que me cantan, están los que pájaros que me dan melancolía, que me dan risas, que me enseñan a cantar, hay pájaros que me inspiran, hay los que solo me dan mensajes y luego también están los pájaros de amor.
Los pájaros de amor, me hablan todo el día de ti. Parece que duermen en tu pecho y luego pasan por mi cabeza y así me tienen entretenida toda la mañana o mejor dicho, así me tiene de distraída. No soy capaz de hacer ninguna tarea, vivo desconcentrada, incluso a veces se me va el apetito de pensar tanto en ti. Todo el día con pájaros en la cabeza y mariposas entre las piernas.
En mi cabeza hay pájaros de todos los colores, hay pájaros verdes, hay pájaros celestes, los hay también rosados con morado y pájaros que tienen más de uno y dos colores. El pájaro que más me habla, tiene las pupilas celestes y las plumas blancas, blancas como las nubes del cielo y como la taza donde tomo café todas las mañanas. Este pájaro se las ingenia, no sé cómo hace pero me mira y me mira y el solo se hipnotiza. Siempre vuelve.
La mayoría de pájaros se van y nunca regresan, quizás sea porque ninguno realmente me mira profundamente. Los pájaros de mi cabeza van y vienen, algunos vuelan desde muy lejos y me dejan pergaminos con mensajes. Mensajes que respondo al viento, mensajes tan secretos. Pero hay un pájaro que siempre vuelve, un pájaro que no puedo dejar ir nunca.
Todos los pájaros buscan lo mismo, amor y libertad.