Las hermanas Elena y Victoria Izcue, se dejaron –desde muy temprano, influenciar por el arte textil precolombino; cuando hay pasión y persistencia de por medio, es casi imposible fracasar. Las hermanas Izcue cruzaron y conquistaron fronteras convirtiéndose en las pioneras que posicionaron el diseño peruano en Europa.
Sus grandes proyectos se enrumbaron a fines de los años 20, cuando las hermanas se encontraban en Portugal con una meta clara, el empujar al diseño precolombino hacia su propia interpretación en el arte textil y diseño contemporáneo. En plena época del art decó, del deslumbramiento por el arte de tierras exóticas lejanas, y en plena Europa, las hermanas Izcue empezaron sus aprendizajes en las nuevas técnicas del momento.
Ya rodeadas por la amistad del ilustrador Reynaldo Luza, envueltas en las prácticas de Elena en casas de diseñadores prestigiosos y los nuevos aprendizajes que Victoria incursionaba en el arte manual, empezaron a sacudir el mercado europeo bajo sus propios diseños en textiles y cerámicas con motivos peruanos bajo el nombre de “Art Péruvien-Mademoiselle Izcue”.
Las Izcue fueron creando sus propios portafolios con el diseño precolombino que aplicaban en arte y moda. Pronto el diseño textil de Elena llegaría a ser pedido en la casa Worth y en la casa CHANEL.
Con el tiempo y después de la guerra el reconocimiento de sus trabajos empezaron a dar sus propios frutos en New York y hasta una exposición en el Museo Quai Branly en Paris titulada Elena Izcue: Lima-París-años-30 junto a una exposición dedicada también al reconocimiento del exquisito arte de la cultura Paracas.
Hoy en día, encontramos en algunos libros de arte pertenecientes a grandes editoriales internacionales a Elena Izcue reconocida junto a los grandes contribuidores de la época de las artes decorativas, entre la artista e incursiona-dora en la moda Sonia Delaunay, las pintoras Tamara de Lempicka y Da Silva Bruhns, el diseñador de muebles Jean-Charles Moreux y el arquitecto Michel Roux-Spitz.
Entre los proyectos de Elena como maestra en el Perú, encontramos una obra que se empolva con el tiempo: El arte peruano en la escuela, preparado por Elena fue un libro didáctico que enseñaba diseños con motivos prehispánicos, el fin era que los niños aprendan a dibujar copiando dichos gráficos, despertando así el reconocimiento de lo que conlleva tener la identidad peruana.
Siempre mirando nuevos horizontes, Elena dio paso a otro volumen del mismo ejemplar, esta vez dirigido al ámbito del diseño industrial. Un gran trabajo que lamentablemente se descontinuo, aun así, las Izcue dejaron el legado y una lección de amor, aceptación y dedicación por el arte y tradición de la identidad nacional.
