Los invitados al desfile de SS16 de Christian Dior fueron recibidos por un armónico contraste, la carpa -que parecía una paredera- cubierta con 300,000 delphiniums afuera del impresionante Museo del Louvre. Una pequeña pista de lo que verían en la pasarela. Frescura, romance y feminidad.
Si bien su colección Primavera Verano 2015 fue bastante conceptual y, básicamente, la que introdujo la estética espacial que viene influyendo la moda hasta ahora, esta vez, Raf Simons atiende los deseos de las mujeres que amaron el New Look de Dior. No está muy lejos de la realidad decir que vuelve a sus básicos, si tenemos en cuenta que su primer desfile como Directo Creativo de la casa también incluyó un local absolutamente cubierto de flores y la cualidad femenina y romántica de su propuesta.
Simons dijo sobre la colección: “Es una calmada y muy suave -alejada de lo excesivo. No quise adornar. Así que estaba pensando en el Sur de Francia -arcoiris y las cosas simples. Y hay un toque de la época Victoriana: algo de la película Picnic at Hanging Rock. Con un ligero trasfondo sexual de oscuridad. De esta forma, vemos la contraosición de elementos muy claro: colores pasteles como lila, crema y celeste dominaron la pasarela junto al rojo encendido, negro y azul marino. Formas vaporosas y bastas festoneadas emparejadas con chaquetas de silueta New Look suavizada, shorts cortos y tops de sastre dan paso a un balance femenino-masculino. Para todo ese romance expuesto en colores y formas, Simons agregó un detalle sutil cargado de esa sexualidad y oscuridad que mencionaba: gargantillas y pañuelos ajustados que apretan el cuello. De alguno, incluso, colgaban piedras o números, que leían 1947 -año de la revolucionaria colección del New Look.
Esta propuesta halaga al cuerpo de la mujer, pero realmente rinde honor a la feminidad: a la actitud y gracia que se observa solo cuando uno mira con atención -en los movimientos o en la falta de ellos, la elegancia (que no cualquiera) exuda por cada poro de su piel.