Paul Fuguet sale del retail del supermercado, de las tiendas por departamento y las grandes transnacionales para adentrarse en la estética de una economía más de subsistencia y por lo tanto más mística, en los mercados de Lima. En búsqueda de grandes espacios y emociones fuertes, el artista encontró en los mercados locales su fuente de inspiración plástica y se convirtió en un asiduo visitante.
Inicialmente, Paul se sintió atraído por la superficie estética de los pollos en los mercados. Observó que este era un alimento de los limeños para los días de semana, los feriados, para los fines de semana, para la Lima bien y la no tan bien; comenzó a darse cuenta que los limeños comemos mucho pollo. También empezó a notar una serie de actividades que se daban alrededor del pollo, como “la pollada” de donde viene el título de esta muestra y que tal vez haya sido una inconsciente necesidad colectiva de supervivencia de ritos ancestrales precolombinos como la Minka y el Ayni, solidaridad que de alguna manera permanece vigente a través de un simple boleto de pollada y que en muchos casos permite realizar en comunidad, labores vecinales.
La obra de Paul Fuguet viaja cómodamente en un amplio espectro de lo figurativo, sugiriendo al espectador una idea, envolviéndolo con la energía de los colores y de los fuertes trazos de su pincel, pero finalmente dejándolo en el misterio, porque ese misterio es tarea de cada quien y porque la introspección que ese diálogo genera, que su obra logra instaurar con el espectador, es lo único que el espectador necesita. Vivimos pegados a una pequeña pantalla que nos arroja conocimiento digerido por alguien más; esta experiencia permite confrontarnos con el conocimiento que yace en el interior de cada uno de nosotros y vivir una experiencia real.
La exposición llega de este Miércoles 18 de noviembre Hasta enero de 2016.
