Sin un director creativo al mando, la maison Dior siguió su rumbo con el equipo de jóvenes diseñadores que estaban tras los conceptos del ex director Raf Simons. Aun así, con nuevos creativos juntos, la colección respeto el carril que Simons dejó construido para Dior, uno con esa estética integrada a nuestros tiempos y juvenil.
No es la primera casa de moda que trabaja con un grupo colectivo: Maison Martin Margiela y Vetements, por mencionar algunos son otros ejemplos exitosos del trabajo en equipo. Sin embargo este grupo no dominara la casa; se sigue a la espera de encontrar el líder adecuado para Dior.
En cuanto a la estética, si bien se ausentaron las galas, aparecieron atuendos muy usables y con una fresca limpieza. Entre las faldas lápiz y los hombros descubiertos, se acentúa en el medio una cintura sobrada y resbalosa; lo mismo en algunos hombros botados hacia un lado. Los abrigos y la sastrería se presentaron sencillos y lineales, en las faldas y vestidos, algunas aplicaciones y bordados se vieron inspirados en colecciones previas de Simons, y no faltaron los recogidos y volantes con caídas sutilmente sensuales tanto en telas satinadas como en gasas, presentadas en escotes o mangas.
Azules, blancos, camellos, naranjas y verdes fueron el deleite en cuanto a la gama de color; siempre relacionándose a los jardines, los estampados florales y apliques de hojas tanto en encaje y bordados e insectos sobre la piel bordados en camuflados y finos tules color piel casi invisibles completaron el deleite del show.
Quien será el próximo director creativo? Quedamos a una espera aún incierta.