Gran parte de la ciudad y en ciertos lugares del planeta el nombre Pietà es escuchado y entendido como aquella marca de ropa cuya mano de obra se genera y sucede en las cárceles de Lima —específicamente en el pena del San Juan de Lurigancho.
A través de una conversación más a fondo con su Director Creativo, Thomas Jacob, nos introdujimos a aquel universo creativo y personal que le permite dirigir hoy una empresa tan responsable como accesible en la industria de la moda del Perú y el mundo.
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Lima Social Diary: Quiero saber de tí, primero. ¡Cuéntame de ti y tus inicios!
Thomas Jacob: Soy de Bretagne, en la costa de Francia, y me quede ahí hasta los 18 años. Estudié Derecho, luego Marketing y Comunicación. Posteriormente, estudié Diseño.
La carrera de Marketing no me gustó mucho porque prefería más la parte de creación y no me gustaba la idea de vender-vender-vender ni el consumismo. De igual forma fue súper interesante…
La moda no me gusta tanto. Lo que hago en las cárceles va mas allá de ser un proyecto de Moda: es un concepto.
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LSD: ¿Tú has tenido siempre la idea de Responsabilidad Social? ¿Por qué Perú?
TJ: La verdad que fue una oportunidad. Yo llegué a Perú hace 5 años para trabajar en una marca francesa que produce aquí, llamada Misericordia. Entonces vine con la idea de quedarme seis meses y luego regresar a Europa donde tenía una propuesta de trabajo.
Pero ya viste que no fue así…
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LSD: Entiendo. ¿Y cómo entra a la historia el mundo de las cárceles de Lima?
TJ: Hace como tres años un amiga que enseñaba francés en cárceles me invitó a una obra de teatro que hizo con sus alumnos y….
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LSD: …¿Y no sentiste temor en visitar el Penal de Lurigancho?
TJ: .. y no, no tuve temor en visiarla. Al contrario, estuve muy curioso y me parecía sorprendente. Por eso fui. Conocí a los internos que son muy chéveres y buena onda; además de tener amplias capacidades.
Luego me enteré que algunos tenían máquinas de cocer y que habían unos telares y dije ¿Por qué no lo hacemos ahora?
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LSD: ¿Y como así evolucionó el concepto de ir a como visitante a la cárcel hasta finalmente verlo como un negocio?
TJ: Primero, el encuentro con la gente y vi que tenían capacidades, herramientas y que estaban animados. Eso me hizo pensar. Desde el punto de vista de marketing, fue factible también.
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LSD: ¿Cómo haces hoy para que el público que no está al tanto de la moda se convenza que un producto hecho en una cárcel es de calidad y legal?
TJ: La mayoría ya son costureros o estampadores pero no vendían. Y además es legal que hagan negocios en las cárceles. Justamente el sistema penitenciario busca desarrollar eso justamente.
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LSD: ¿Y si ellos quieren vender afuera del penal? ¿Se les permite? ¿O tu eres el nexo?
TJ: Si, yo soy el nexo. Pero solo se les permite vender al interior a través de unas ferias, pero sólo las cosas que ellos hacen salen a otras ferias afuera. Pero ellos se quedan dentro de la cárcel.
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LSD: ¿Qué piensas de la industria de la moda de hoy?
TJ: Las casas de Alta Costura como CHANEL, Dior o Vuitton hacen un trabajo precioso. Y eso sí es moda. Hay un trabajo tremendo. Lo nuestro es totalmente diferente en escala y estética. Los admiro a pesar de no estar muy interesado.
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LSD: ¿De dónde viene la inspiración de Pietà?
TJ: Viene de la cárcel y de la vida de la gente. Yo hago todo. El diseño, los prints y demás…
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LSD: ¿En tres palabras como describirías Pietà?
TJ: Achorado, Alternativo y chévere. (risas)
Con una onda de no tomarlo en serio pero con un concepto fuerte. Además pienso que es un modelo de desarrollo sostenible para todas las comunidades de Lima y el mundo.
