Durante su etapa como escultor Emilio Rodríguez Larraín ideó varias esculturas que después fueron construidas por artesanos.
Cuando Emilio vivía en Europa, a finales de los sesentas e inicio de los setentas, tuvo contacto con vanguardias locales como el dadaísmo y el surrealismo.
En este tiempo realizó un conjunto de piezas sobre distintos tipos de soporte como el mármol, metal y la madera. Estos trabajos de gran precisión reflejan su profesión como arquitecto. La serie reúne tres esculturas entre las cuales se encuentra “Piramidita”.