Tate Modern nos presenta la mayor exposición dedicada al reconocido artista Alexander Calder (1898-1976), uno de los pioneros de la escultura cinética en el siglo XX.
Performing Sculpture, reúne una fina selección de 100 obras de artista, en las que se evidencia el lenguaje con el que Calder logra convertir un objeto estático en una obra en continuo movimiento y cambio, que puede ser experimentada en tiempo real.
En la exposición podemos ver retratos, producidos con alambre, de artistas como Joan Miró o Fernand Leger, además encontramos representaciones de personajes relacionados con el circo, el cabaret y otros espectáculos populares de entretenimiento.
Entre las piezas expuestas se encuentran Red Panel y Snake and the Cross, obras que ejemplifican la continua experimentación del artista con las formas y el espacio.
Dándole protagonismo al potencial que tiene el movimiento para inspirar nuevas posibilidades escultóricas.
En esta retrospectiva se crea una linea temporal donde se revelan los caminos que Calder recorrido en su formación como ingeniero y su fascinación por el dinamismo y el movimiento.
Paralelo a la evolución de las vanguardias en el teatro y la danza, Alexander Calder reinventó las posibilidades de la escultura. Incorporando elementos de coreografía y sonido, para transformar lo antes inmóvil y tradicional.