Las conexiones y desconexiones entre dos o más cuerpos, se pueden realizar por semejanza y oposición. Por atracción o repulsión, de manera sincrónica o analógica, ya sea con distancia temporal o física, simplemente se generan.
En este caso, un grupo de artistas de diversas generaciones y nacionalidades, en cuyas obras emplean diversas técnicas y formas, dan vida a una exposición que busca resaltar las conexiones analógicas entre ellas, mientras se hacen presentes aquellas rupturas esenciales que permiten un trabajo auténtico, a través del rol protagónico que vienen asumiendo sus obras.
Las similitudes se generan de forma continua mediante el tiempo, el cual pareciera detenerse ante el trabajo manual y textil de artistas como Milagros Bentin (Perú) y Julie Cockburn (Inglaterra), quien se apropia del rostro del otro para revivir estas viejas imágenes descartadas, dándoles así un respiro de nueva vida, redefiniendo sus historias; o ante el plegado de papeles que van conformando increíbles composiciones en la obra de Francisca Prieto (Chile), quien revitaliza la escritura musical junto a la belleza visual de estos símbolos; y frente a los hiper-collages digitales de Ysabel LeMay (Canadá), quien recrea paisajes naturales de gran esplendor en base a cientos de fotografías diversas, que se hacen tan vívidos como una pintura o fotografía.
Des/conexiones es el título de esta exposición que busca mostrar las semejanzas y divergencias de un trabajo manual de seis mujeres que, deteniendo el tiempo, se reposicionan con sus obras en un mundo donde “lo inmediato” pareciera ser la única forma de comunicar y donde la mujer sigue siendo un tópico de disputa, sobre todo en nuestro continente por los altos índices de violencia y el problemático acceso a la educación formal en diversos países.
Mediante el deleite de sus obras podemos cuestionarnos nuestra posición en ambos espacios, nuestra conexión como mujeres, como seres, con el mundo y, a su vez, la necesidad que tenemos de desconectarnos de lo mismo.