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Arte, arquitectura e Historia.
La Casona de San Marcos, con más de 400 años, es un conjunto monumental único. Compuesta de cinco patios, una antigua capilla y un salón de debates se presenta como un punto obligatorio de visita en el Centro Histórico de Lima.
El edificio fue construido por la Compañía de Jesús, a inicios del siglo XVII, para fines de su Casa de Probación y Noviciado de San Antonio de Abad.
Un lugar de formación para novicios en la espiritualidad ignaciana y los Ejercicios Espirituales además de refugio espiritual de autoridades virreinales y acomodadas familias de la nobleza limeña.
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En el siglo XVIII, producto de las Reformas Borbónicas, se expulsaron a los jesuitas, se confiscaron sus propiedades por parte del Estado español además de buscar modernizar la educación; se creó en 1770 el Real Convictorio de San Carlos que funcionaría en el antiguo centro jesuita.
El recorrido por la casa nos lleva a un conjunto de cinco patios: Derecho (el antiguo claustro de Maestros), Letras (Naranjos), Jazmines, Chicos (Juniores Seminaristas) y Ciencias (Machos). Las piletas centrales en estos espacios son de hierro y una especial de mármol ferrara italiano de mediados del siglo XIX.
Los jardines dan una imagen de bucólicos recogimientos únicos para el descanso o el discurrir espiritual e intelectual.
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La capilla de Nuestra Señora de Loreto presenta una bóveda trilobulada con pinturas alegóricas a las virtudes cardinales de la virgen María además de la presencia y la impronta de los doctores y doctoras de la iglesia católica.
Producto de estudios se ha llegado a inferir que las paredes interiores y exteriores del recinto presentarían pinturas murales en una imagen única de un jardín celestial. Una imagen del pensamiento escolástico y el arte barroco.
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En contraposición, el Salón General muestra una placidez neoclásica y el viaje de la razón de la ilustración.
Hoy, la casa sanmarquina como sede del Centro Cultural de San Marcos, presenta la oferta cultural de la Universidad más antigua de América y continúa con esa impronta total de su origen y continuidad: una educación que permita la realización de la comunidad.