El sol del verano utiliza nuestros cuerpos como una pieza de arte para plasmar colores que nos hacen lucir más radiantes. Sin embargo, uno no puede gozar libremente pues cada piel es única y si no se toman las medidas adecuadas nuestra piel parecerá un mosaico nada artístico y será bastante doloroso a la larga.
1 Tomar líquidos, sobre todo agua, infusiones y jugos naturales, hará que tu piel permanezca hidratada, sana y brillante.
2 Pedir cita con el dermatólogo para conocer el tipo de piel que tienes y así comprar el bronceador que necesitas.
3 La primera vez que vayas a la playa durante el verano no puedes darte una dosis de sol potente pues podría perjudicar tu piel.
4 Después de un día largo en la arena la piel necesita cremas para recuperar sus vitaminas.
5 Olvídate de comprar lentes de sol que te sientan bien, pero que no te protegen contra los rayos ultravioletas. (Bueno, podrías considerarlo)
6 Sombreros fabulosos