Maestro de los metales preciosos

“Al despertarse en el hombre el gusto por el adorno, inherente a la condición humana, nació el orfebre.” – Anónimo.

Marcelo Toledo, nacido en Buenos Aires (Argentina), lleva una vida dedicada a la orfebrería: “Empecé torciendo alambres, de muy pequeño…”, lo dice en una entrevista. Hoy sus piezas están posicionadas a nivel mundial y son parte de la colección de joyas de museos y personas reconocidas en diferentes ámbitos, como la realeza o el teatro.

 

Una vida dedicada a la orfebrería le deja claro al artista argentino que todo es posible en el mundo del arte, y sus obras son, desde un par de gemelos o un juego de candelabros, hasta esculturas de diez metros, emplazadas a la entrada de un gran hotel o en medio de un campo. Obras que embelesan a cualquiera que esté dispuesto a admirar o adquirir su arte.

 

Hoy cuenta con un taller en el barrio de San Telmo, Argentina, una serie de proyectos internacionales en camino y un talento que seguirá creciendo a lo largo de estos años.

 

 

¿Cuáles fueron las causas que provocaron el destino de tu vida dedicado a la orfebrería?

No, no fue el destino. En realidad, fue una decisión personal. Por supuesto que hubo situaciones que me llevaron a decidir ser artista, pero fui yo el que un día me dije, “si esto es lo que amas realmente, ¿por qué no poner toda la energía, la pasión y las ganas en realizarte?; dejar de lado las convenciones y ser uno mismo el verdadero amo de su destino”.

 

¿Qué significa ser un orfebre en la actualidad?

Creo que un orfebre hoy es casi una pieza de museo; la tecnología, el trabajo en 3d, la posibilidad que una máquina pueda reemplazar parte del trabajo que realiza un artesano hace que uno pase a ser parte de un grupo reducido de personas que se dedican a esto. En Buenos Aires por ejemplo hace muy poco me invitaron a dar unas clases magistrales ya que consideraban que la orfebrería era uno de los oficios en vías de extinción, y la verdad es que es cierto.

 

¿Qué percibes que significa para la sociedad contemporánea la orfebrería?

Mira, yo tengo una galería en San Telmo, frente a la plaza Dorrego que es el área más visitada por extranjeros de todo el mundo. Y allí lo que percibo es que la gente busca algo distintivo, algo verdaderamente único, diferente de lo que pueda encontrar en cualquier otro lugar. Cada uno tiene su estilo y eso es lo que lo hace absolutamente único e irrepetible.

 

 

¿Cuáles son las principales técnicas que desarrollas para realizar tus trabajos?

Yo dirijo un equipo de trabajo, y desde que decidí ampliar mi capacidad de piezas me propuse poder dar a conocer lo que yo sé a todos. En nuestro taller todos hacemos de todo, todos pasamos y somos parte de cada una de las etapas de la realización de las piezas, desde el diseño, la soldadura, el repujado, el cincelado, el armado de cada pieza e incluso cuando montamos las muestras en un museo o galería. Creo que cuando uno es más generoso el otro siempre le termina devolviendo mucho más de lo que uno da.

 

¿Cuál podrías decir que es el sello que distingue tu obra?

Todos tenemos nuestro estilo, en mi caso creo que es una combinación de la orfebrería tradicional, pero mucho más de vanguardia. Mi clientela es toda internacional por eso necesito ofrecerle creaciones que no sean tan autóctonas, que puedan servir para una mesa en New York o una comida en Shanghái. Claro que mis raíces argentinas, y sobre todo mi formación, es clásica; eso hace que siempre ponga ese toque propio del estilo criollo de mi tierra.

 

 

¿Cuáles consideras que han sido tus principales logros a lo largo de tu vida profesional?

Creo que el principal logro es haber podido hacer siempre lo que quise, siempre tuve una meta y trabajé duro hasta lograrlo. Nada es casual y eso es lo que muchos no entienden, creen que es todo cuestión de suerte, pero en realidad es perseverancia, mucho trabajo y nunca, pero nunca, bajar los brazos.

 

Cuéntanos sobre tu colección dedicada a Eva Duarte, que recrea su colección de joyas. ¿Qué es lo más importante que has podido rescatar de esta experiencia?

Yo buscaba realizar una colección que fuera más allá de las fronteras. Hice una joya para Elena Roger cuando interpretó a “Evita”, en Londres, y fui allá a ver la obra. En el teatro, cuando vi que los ingleses lloraban por la historia de alguien que no tenía que ver con ellos, así que me quedó claro que esa sería mi próxima colección. Tras un trabajo arduo de investigación, nació “Evita, figura, mujer y mito”

Lo que pasó aún supera mis expectativas, la muestra iba a durar 20 días y fueron 3 meses. De pronto, me llamaba gente de otros países para venir a verla. La llevamos de gira por Europa, Moscú, y hasta estuvo en China 6 meses. La visitaron más de 4 millones de personas y también recorrió 8 de las ciudades más importantes de Brasil.

Ésta exposición fue la que me abrió las puertas de Broadway. Si bien yo, a Elena, ya la conocía, primero iba a hacer una pieza para ella, pero finalmente terminé haciendo todas las del musical que ella protagonizó junto a Ricky Martin.

Fue tremendo. Salió una nota en la primera plana del New York Times, y la gente iba en el subterráneo leyendo sobre mi trabajo. Esas cosas te fortalecen, te reafirman que vas por el camino indicado y son un trampolín para soñar a otra escala.

 

 

¿Podrías contarnos acerca de tus próximos proyectos?

Para este 2017, tengo proyectada una intervención urbana en el Puente de la Mujer diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava.

El proyecto consiste en realizar una intervención artística sobre la superficie transitable de dicho puente, en el cual se colocarán aproximadamente 350 esculturas en forma de espinas realizadas en metal dedicadas a la concientización sobre los feminicidios ocurridos en el último año. Asimismo, una vez finalizada la muestra, cada una de las espinas se enviará en concepto de donación, junto con un libro que refleje esta acción, a cada uno de los museos del mundo.

Adicionalmente a esto, la idea es realizar una escultura a gran escala con la misma forma de la espina, y emplazarla en el Parque Mujeres Argentinas, el cual se encuentra frente al puente. El arte no solo embellece el lugar, sino que, a través de él, sanamos las heridas.

Por otro lado, estoy trabajando en la Muestra Detrás de las Paredes, donde pongo el eje de desarrollo artístico en diferentes imágenes de víctimas de la violencia de género.

La muestra consta de una serie de esculturas realizadas en metal como soporte para dar vida a través de las manos y dar un mensaje alentador transformando una herida o cicatriz en un objeto bello.