¿Quién se podría perder una buena tarde de cajón peruano con todo el repertorio que se ha creado durante décadas en la ciudad de los reyes?
Más allá de eso, la música criolla expresada en lo que se denominan “Peñas” es la expresión del “criollo” a través de la música vista desde la época colonial.
Diego Vasquez nos brinda información de primera para esta nota y dice:
“Nicomedes Santa Cruz hace referencia en una de sus décimas llamada Ritmos Negros del Perú como el indio al ritmo de su quena se juntaba con el negro al ritmo de su “tamborete” a espaldas del patrón para pasar un buen rato. Por ello, la música “criolla” no sólo es referente a lo que académicamente se denomina como tal, un europeo nacido en tierra Peruana (como denominación de criollo), sino que es una mixtura de razas los que representan esta”.
A su recomendación tenemos una lista de las Peñas tradicionales que están aún en pie. Todas tienen algo parecido porque se definen de modo implícito como lugares de diversión, canto, baile y farra entre amigos; son “acogedoras” y lo demuestran desde un farol en la entrada como en la peña La Oficina o en un clásico callejón como en la Peña del tío Pepe Villalobos.
Peña “La Oficina” en Barranco
Peña “Asociación Cultural Musical de la Casa de Pepe Villalobos” – La Victoria (recientemente mudada a Lince)
El ambiente es acogedor y el tío Pepe es un excelente anfitrión.
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Peña del “Tío Toto”, 3 cuadras al costado de la entrada de sombra de la Plaza de Acho.
Su chanfainita es deliciosa y la cerveza, el pisco y el vino en bota sobran.