Todas y tantas veces que aprendimos a escucharnos.
Todas y tantas veces que nos caímos y nos levantamos.
Todas y tantas veces, mil veces. Tantos momentos.
Tanto aprendizaje. Tanta vida.
Fue entonces donde dejamos de buscar y empezamos a vivir la vida, disfrutando de cada día.
Aprendimos algo nuevo todos los días y también entendimos que había cosas que era mejor dejar ir cada día. Aprendimos a pedirnos simplemente un abrazo y a trabajar duro, aunque aprendimos que eso no garantiza el éxito pero incrementa las posibilidades. Aprendimos que la vida es un regalo, el regalo más grande.
Todas y tantas veces, todos esos consejos, todos esos abrazos, todas esas aventuras.
Aprendimos a no cambiar, a ser nosotras mismas y de esa manera nos dimos cuenta que es la única manera de tener cerca a las personas que te aman cerca y aprecian nuestro verdadero yo.
Todas y tantas veces yo también volvería a cada uno de esos días que compartimos juntos.
Gracias.