La puesta en escena de Fátima Arrieta fue un éxito. Con las luces apagadas comenzó una batalla de tambores que luego se convirtió en un divertido baile negroide chinchano que propuso una atmósfera alegre en la que hasta el público se unió al zapateo. Con esta nota de alegría, las modelos comenzaron a caminar por la pasarela en vestidos inspirados en nuestro país y sobre todo en Chincha.
Lo más llamativo de la colección primavera-verano 2015 fueron las telas utilizadas: encajes, encajes con brillos, encajes sobre transparencias, telas con aplicaciones y mucho volumen en las faldas, hicieron que todas las prendas tomen vida con la tridimensionalidad y movimiento. Tanto los vestidos largos como prendas súper chiquitas (y recontra sexy) como un body hecho completamente en encaje, sugerían elegancia y distinción. Los colores que predominaron la pasarela fueron el blanco, off white y rojo vivo, siempre todos acompañados del marrón en las sandalias y cinturones de cuero con flecos.
La propuesta de Fátima Arrieta fue muy interesante, cada tenida propuso individualidad y personalidad, perfecta para aquella mujer que se quiere ver diferente y elegante.
