Entre uno de los más esperados, Giambattista Valli presentó su colección de Alta Costura Número 10. El desfile tomo parte nada menos que en Le Carreau du Temple en París.
Siempre representando a esa mujer tan femenina y tan delicada, Valli presentó una colección con el dominio de tonos pasteles en gris, perlas o rosados como tonos principales pero manchados por apliqués salpicados en azules y una rosa roja que rompió con ese silencio de perfección.
Entre las piezas nos perdimos entre un vestido de capas de capas de volantes delicadamente plisados en gasa, así mismo dentro de unas mangas de una silueta ovalada con un sinfín de superpuestos encarrujados, siempre uno sobre otro u sencillamente voluminosas por el corte oval.
Una voluminosa falda mundo blanca con un degrade de pedrería radiante rompió con las siluetas ligeramente en A y con los largos caídos que fluyen el movimiento de la tela a lo largo de las piernas.
Algunos estampados finamente lineales en negros sobre blanco fueron decorados por pedrería en rosa y amarillo dándole un toque juvenil y usable a la colección.