¿Que tienen en común Zoolander 2 y vestirte para la oficina? Estilo. De sobra.
El mundo laboral es amplio y variado. Existen diferentes ambientes, roles, dinámicas y por ende, diferentes exigencias y expectativas para con los que pertenecen a cada conjunto. Definitivamente, lo que una redactora creativa usa en la oficina no es lo mismo que escogerá una analista financiera. En realidad, no es necesario ir tan lejos: una ejecutiva de cuentas que trabaja en la misma agencia que la redactora mencionada anteriormente se vestirá absolutamente diferente a ella. Así es la cosa, algunos tienen amplias libertades.
Para aquellos con mayores exigencias de armario, lo más probable es que eso implique que debes vestirte bastante elegante y formal cada día para ir a la oficina. Tienes reuniones con clientes, gerentes, ejecutivos, debes dar el ejemplo, quieres impresionar… Cualquiera que sea el motivo, imaginamos que eso signfica una palabra: traje.
Pero el traje no tiene que ser el típico y aburrido conjunto que estás imaginando ahora. Te explicamos por qué. El motivo por el que uno debe ir bien arreglado a trabajar es porque una imagen —de verdad que sí- vale más que mil palabras. Y por que, constatemente, estamos generando primeras impresiones. Las primeras impresiones se dan en los primeros 7 segundos y duran, adivinaste: indefinidamente; pueden hacer o deshacer oportunidades o negocios. Entonces, la ropa que usamos habla por nosotros (querramos o no) y, en consecuencia, este discurso debería representarnos auténticamente.
Vestirnos elegantes y apropiadas no tiene por que limitar nuestra expresión personal. Si te gusta el negro, juega con cortes asimétricos o combinaciones de texturas; prueba con colores que complementen tu piel; no le temas a los estampados, no te olvides que existen los accesorios y, claro, siempre puedes jugar con un color de lipstick.
De la misma forma, si eres de aquellas que goza de pocas exigencias, eso no significa que no debas esmerarte en lograr una imagen de acorde a tu personalidad. Puedes ser muy creativa y original. Atrévete a mezclar prendas femeninas con masculinas o un conjunto más elegante con unas zapatillas blancas. Aprender a balancear contrastes puede ser muy divertido.
Recordemos que incluso al no decir nada, estás diciendo algo. Con esto en mente, te dejamos ejemplos para que te inspires y eleves tu juego en vestimenta de oficina.