El nuevo local de Beatriz, guarda la historia de una tienda de sombrerería y camisas del siglo pasado que hasta entonces había permanecido cerrada por mucho más de cuatro décadas.Hoy con su apertura como Beatriz, entras a una tienda que se mantiene intacta a la original. Un espacio fiel a su pasado, en donde las paredes, la mueblería, las vitrinas, los afiches ilustrados a mano de propaganda, y hasta la caja registradora se mantienen exactamente en el mismo lugar.
Al llegar te recibe un cartel de entrada que dice “Remate Total” —no se trata del remate de la tienda Beatriz, sino de un remate original que perteneció a una liquidación de antiguos sombreros, tan antiguo como las cajas de los sombreros y cuellos de camisa que decoran el espacio y el único rastro de sombrero que se encontró en la tienda que sigue devoto en su mismo mostrador de hace más de cuarenta años.
La dinámica de Beatriz en el Callao es el de una tienda de concepto, en donde el dúo de directores artísticos Christian Duarte junto a Duilio Dall´Orto, hacen una curaduría de distintos productos y marcas para ofrecer una experiencia que a ellos mismos les gustaría tener.
En su curaduría es importante la propuesta en conjunto de comida, arte y diseño; esta vez van desde los ricos sanduches y café propios de la casa Beatriz junto a deliciosos postres de La Felicia (un pecado no probar el keke de arándanos) y productos de La Sanahoria, sumado a piezas de arte y diseño de la marca de ropa Escudo, objetos de diseño en piedra y madera de Rafael Freyre y las fotografías de Charo Echecopar y Jorge Anaya.
Beatriz en el Callao es sin duda el espacio ideal para contemplar una plazita con gente alegre junto a unas vitrinas extraordinarias mientras te sientas a comer una delicia acompañada por un buen café y un resplandeciente sol chalaco con una brisa marina fresca. Imperdible.