Desperté manchado de pintura negra. Anoche no tenia ganas de trabajar y acabé stalkeando gente en Instagram, típico. Paulina se fue a la inauguración de la revista Nylon México pero ni loco pensaba poner un pie en el hotel W, y menos para celebrar esa mala copia de una revista que ni siquiera hace Marvin Scott Jarrett.
Baje a la cocina y me serví un whiskey, aunque para nada soy de esos que llegan del trabajo y se ponen bata para servirse un trago. Mi vaso era de imitación cristal cortado y tengo que confesar que me encanta ese efecto prisma que hace sobre las paredes. Me puse mi ropa de trabajo y entre al estudio, (donde vivo desde que me divorcié), es un poco incómodo pero en ocasiones (como ésta) lo agradezco. Ahí me esperaba un bastidor de caoba para que lo arruinara con alguna intervención que desacralizaría su perfecta ausencia de contenidos, pero como decía Warhol; alguien tiene que pagar la renta.
Me preparé, busque pintura, una brocha japonesa que compré en Sennelier hace unos meses en París, puse música y me senté en el piso mientras buscaba la frase en mi telefono. Los textos candidatos eran; Be a good girl, do what i want de Lolita (si, ya lo se, también es Off to the races de Lana del Rey ) More than this de Roxy music y una de Nick Cave.
Estas pinturas con letras de canciones son tan exitosas en Instagram, me imagino que funcionan de la misma forma que esos textos asquerosos que flotan en Internet con mensajes como. I think you are suffering from a lack of vitamin me.
El otro día leí uno que me pareció maravilloso y estoy seguro que me voy a copiar, decía: Silence is gold and duck tape is silver.
Me decidí por Nick Cave, prepare la cámara para filmar un pequeño video, música, practiqué la diagramación de las letras rápidamente en un papel y me dispuse a violar la limpieza de ese bastidor con garabatos y mala letra. Al final no filmé nada porque se acabo la pila de la cámara, pero la pieza quedo bien.
Terminé y sonó el teléfono, Paulina llegó de la fiesta, toda de negro, con el pelo suelto y un cigarro electrónico en la boca. Se quitó los zapatos en la puerta, me besó y corrió a meterse a la cama, me quedé viendo sus zapatos, negros y altísimos en el piso, las letras doradas de su interior funcionaban tan bien con las manchas de pintura negra a su alrededor.
Camino al cuarto me encontré con toda su ropa, regrese al estudio y ahí estaba el bastidor dominando la habitación gritando su frase:
Babe, I got you bad.