“Mi inspiración para esta fragancia no era Misia misma como persona, pero su papel como un punto de inflexión en la vida de Gabrielle Chanel. Con esta fragancia, ella quería transmitir la atmósfera de los Ballets Rusos y el olor del maquillaje de la época.” —Olivier Polge, perfumista
La primera creación del perfumista Olivier Polge para la casa CHANEL, nace de la inspiración de dos mujeres Misia y Gabrielle.
Misia. Un nombre y una mujer que revolucionó la existencia de Mademoiselle, introduciéndola en el mundo de las artes y preparándole el camino para ser quien fue. Misia fue la mujer tras los Ballets Rusos, presenta a Chanel a sus amigos, compuesto de toda la vanguardia artística y literaria del momento. Una mujer fundamental en la vida de Gabrielle, gracias a ella se torna en lo que es hoy: icono esencial de la era moderna.
Desde Igor Stravinski, Cocteau, Sem y Picasso, tan solo algunos de los ineludibles artistas de principios del siglo XX que desempeñarán un papel principal en la vida de Gabrielle gracias a su amistad con Misia Godebska.
Olivier Polge titula Misia a una fragancia atemporal, que no se compromete a ninguna época exacta, pero si a una efervescencia en la Ópera Garnier durante los años en que se representaban los Ballets Rusos, al sonido de instrumentos en afinamiento y bailarines maquillados detrás del telón. Todas las percepciones se resumen a una flor: Violeta, olor que nos trae memorias de los cosméticos de antaño y el maquillaje de siempre.
Junto a Rosa de Grasse, esta rosa cuyas cosechas de mayo solo están reservadas para algunos extractos legendarios de la Maison CHANEL, la Rosa turca, el Haba Tonka, el Benjuí de Laos y el Lirio, primo lejano y más lujoso de la violeta, se crea un escenario de esencias que recuerdan las perlas y joyas sonar, las pieles y el terciopelo pasar y cerca al escenario observar la silueta de Misia resplandecer.
“La mujer lo tiene todo, y en Misia están todas las mujeres” —Gabrielle Chanel, sobre Misia Godebska