Llegó el día.
Cuando creímos que no nos podremos sorprender con Karl Lagerfeld, esta vez —una vez más lo hizo. CHANEL se encargó de disfrazar el Grand Palais de una brasserie: el típico lugar para comer en Paris.
Las cantantes Florence Welch, Lou Doillon, Li Yu Chun (Chris Lee), Cécile Cassel y Soko, acompañaron a las actrices Alma Jodorowsky, Yao Chen, Alessandra Mastronardi, Prestamo Chabanol y Marieange Casta, junto con el compositor y productor musical Cerrone, todos llegaron a aplaudir esta “French Collection” que reinventa a los franceses junto a la “nueva burguesía” y con un espíritu moderno.
En este caso, no hubo una manifestación feminista, como en la última de la temporada. Karl supo explotar el concepto y lifestyle del café parisino, donde se sirve cerveza, comida, vino y mucho más. Esto es algo del día a día.
Esta temporada la “Brasserie Gabrielle” da la bienvenida a la “colección francesa“. Así, son los clientes los “nuevos burgueses” como Karl Lagerfeld los llama, en looks que a veces lucen femeninos y otras veces, andróginos.
Aquí viene el detalle: todas las modelos llevan el famoso zapato de color beige, con la parte de adelante color negro y cuadrado en el área del talón. Y es que “se ha convertido en el más moderno de los zapatos y hace hermosas las piernas,” Karl Lagerfeld dice.
En cuanto a los colores: el azul marino, gris y burdeos en tonos de rojo y negro adornan los vestidos. El tweed favorito CHANEL, junto con la lana y mohair se combinan con la seda, vinilo, muselina y encaje.
Para la noche, el pequeño vestido negro se reinterpreta como un vestido de swing, de dos piezas, o como un delantal adornado con detalles inspirados en la vestimenta de los “Garcons de café“, como servilletas plegadas. Faldas y vestidos de encaje contrastan con los vestidos completos pintados con plumas y cubiertos más grandes de lana cardigans que revelan mangas maxi, también con plumas.
“CHANEL viste la mujer para toda la vida“, comenta finalmente Karl Lagerfeld